viernes, octubre 20, 2006

Para el bronce biteado.

Y si en el tiempo de Jesús todo estaba programado.

El debió ser el máximo exponente de toda la cuestión en ese tiempo.

Sin lugar a dudas, cuando venga, sabremos muy bien quien es el que ha llegado.

Su poder será sin igual y romperá con los parámetros de todo lo que se nos ha impuesto. No obstante, tendrá a su heraldo cerca para indicarle cuanto es lo que hay que tener en cuenta, dado que la mano de Luz sigue firme en la mente del hombre.

Saldrán tantos detractores que será una lucha sin parangón. Las injurias brotarán por doquier, dado que la actitud de Jesús será desencajar en todo lo que se ha establecido como norma-l.

En éste tiempo son más los que lo seguirán y observarán la magnificencia de quien empezará a darle con todo a los pecados de la capital. El poder que le fue negado en un principio, esta vez, no le será restringido.

Pronto veremos como sorteará todas las trabas que se le impondrán y develará al verdadero enemigo del hombre. Resplandecerá entre los mortales y nada ni nadie podrá observarlo sin sentir cobardía, ya que se sabrá que es él que ahora viene como León y sus enemigos se transformarán en corderos.

La batalla se liberará y comenzará el juicio en donde los últimos serán los primeros en recibir re-solución.

 
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